Después de mirar y volver a mirarse a sí mismo y lo que uno encuentra en torno a sí, tomo el Evangelio, voy a San Pablo, y allí encuentro un cristianismo todo fuego, todo vida, conquistador
Después de mirar y volver a mirarse a sí mismo y lo que uno encuentra en torno a sí, tomo el Evangelio, voy a San Pablo, y allí encuentro un cristianismo todo fuego, todo vida, conquistador
Cuántas personas hay en la Iglesia que dicen: «¿Yo, santo? no, eso es para otros, no para mí». Como si no creyeran que Dios todo lo puede hacer nuevo, que para Él nada es imposible. Si pudo entrar en la mente y el corazón de san Agustín y de san Francisco, también podrá entrar en tu …
Solo podemos agradecer a Dios porque ha sido fiel, nunca nos ha abandonado en esta travesía. Pero nuestra vida no es color de rosa, no es fácil, requiere un gran amor a Dios y muchas virtudes a ejercitar constantemente…