Para recopilarlas es bueno tener una libreta pequeña siempre contigo, así te aseguras de escribirlas todas y reflexionarlas después.
Libreta de «Luces», un recurso para acompañar tu vida espiritual
¿Te ha pasado alguna vez que necesitas una palabra de aliento o una inspiración de Dios para actuar y la recibes justo en el momento correcto? o ¿has estado en problemas y pidiéndole ayuda a Dios recibes una gracia en tu corazón que te hace ver todo más claro? A esto le llamamos luces de Dios. Sí, son aquellas inspiraciones que el Espíritu Santo pone en nuestro corazón indicándonos su voluntad y el camino a seguir. Cuando caminamos en la oscuridad no podemos ver nada, a veces ni siquiera a nosotros mismos, para eso necesitamos de Dios que es la LUZ, para ver bien y saber cómo seguir caminando aunque no logremos ver mucho. “Yo soy la luz del mundo” dice Jesús, Él nos marca el camino, Él nos guía, Él nos ayuda a continuar nuestra travesía por la vida. Pero cuidado, que puedes no estar aprovechando las luces de Dios y puede que luego las necesites. Para recopilarlas es bueno tener una libreta pequeña siempre contigo, así te aseguras de escribirlas todas y reflexionarlas después.
5 consejos para tu «Libreta de Luces»:
1. Necesitas: papel y lápiz
Es necesario que sea “papel” y lápiz, no sirve mucho escribirlas en el celular, ya que puedes perderlo con facilidad u olvidarte después. El hecho de deterte, meter la mano al bolsillo, sacar la libreta y el papel y escribir la luz será de gran utilidad para tu reflexión posterior. Puedes usar distintos colores, lo importante es que además escribas la fecha y si quieres también la hora.
2. Debe ser portable, para llevarla contigo
Esto es necesario, imagínate recibes una gran luz y no tienes a mano tu libreta…
Busca que sea pequeña, que quepa en tu bolsillo (pantalón, abrigo, cartera, etc.), que no tenga demasiadas hojas y que no se deteriore fácilmente con la humedad o el sudor. Podríamos decir que debe ser una libreta 4×4, todoterreno. Que cuando viajes al campo o estés en la ciudad la lleves contigo. Cuando estés en el bus o andes en bicicleta también puedas llevarla. Un buen consejo, que siempre sirve, es guardarla en una bolsa hermética, así te aseguras de que no se moje con la lluvia o el agua durante el verano.
3. Anota todas las «luces» de Dios que recibas
“Dios habla de muchas maneras aunque no nos demos cuenta” (Job 33.14) y por eso debes estar atento. Tampoco debes estar preocupado a cada instante, poco a poco irás teniendo mayor sensibilidad frente a las luces de Dios. No todo viene de Dios (de ello hablaremos en el 5to punto), pero es bueno escribirlo. Quizá cuando más habla Dios es en lo cotidiano: en un viaje en bus, caminando por la calle, en un bar viendo un partido de fútbol, en la cafetería cuando tienes una reunión, en el supermercado, etc. Por eso, siempre atento.
4. Detente a reflexionar aquello que Dios te inspira
Al final del día repasa las luces del día y ve qué es lo que Dios te pide. Quizá en esas inspiraciones encuentres el camino correcto para tu vida, cómo proceder, cómo actuar frente a los problemas, etc. Llévalo siempre a la oración, pregúntale a Dios qué quiere de tí, profundiza en ello. Este proceso requiere mucha humildad, ser sincero contigo mismo y con Dios. Verás que la sinceridad y la humildad son las dos alas que te llevarán muy alto en la vida espiritual.
5. Aprende a discernir las luces y consulta siempre con un sacerdote
Este punto es muy importante. A veces creemos cosas que no son o pensamos que Dios nos marca un camino pero en realidad es otro. Para solucionar este problema es bueno tener un director espiritual, un sacerdote o religioso/a que te acompañe en tu vida espiritual, que te aconseje, con quien puedas abrir tu corazón y contarle las luces que Dios va poniendo en el camino. Es necesario dejarse guiar por quien sabe discernir bien el espíritu, te aseguro que encontrarás mayor luz y paz al estar acompañado por alguien que ya tiene experiencia y cercanía con respecto a la vida espiritual.
No olvides que Dios siempre está a nuestro lado y nos va guiando día a día aunque tú no lo percibas, por eso debes afinar tu sentido espiritual, dejarte guiar, discernir bien las cosas de Dios para acrecentar tu unión con Él. La «libreta de luces»será para tí de gran ayuda en este caminar, siempre y cuando tengas un corazón abierto a cumplir la voluntad de Dios y renueves constantemente tu opción fundamental por Cristo. No dudes en consultar con tu director espiritual o con un sacerdote si tienes dudas sobre este u otros temas. En esta vida Dios te ha dado instrumentos que te ayudarán a mejorar y a encontrar la verdadera paz del alma: cumplir la voluntad de Dios.
Para profundizar más en este tema les comparto el 1er número de la Carta Encíclica “Lumen Fidei” del Papa Francisco:
«Conscientes del vasto horizonte que la fe les abría, los cristianos llamaron a Cristo el verdadero sol, «cuyos rayos dan la vida ». A Marta, que llora la muerte de su hermano Lázaro, le dice Jesús: « ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» (Jn 11,40). Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso”.